La Pimienta, la reina de las especias

Se cuenta que un indio perdido en el golfo Pérsico, quizá por un naufragio, fue llevado a Alejandría, este hombre no sabía el griego, idioma que en aquella época se hablaba en aquel lugar, pero tras tres días de ayuno y abstinencia aprendió el idioma. Este hombre enseñó a sus habitantes la ruta comercial de la India. En aquellos días estaba en la ciudad un tal Eudoxo de Cícico que con su nave se unió a la expedición, algo parecido a la fiebre del oro de Estados Unidos en el siglo XIX, y partieron todos hacia la India, a la vuelta su barco vino cargado de piedras preciosas, de azafrán, de clavo, de jengibre y de pimienta negra. Este hombre, Eudoxo, fue supuestamente el primer europeo que probo y comercializó la pimienta.

El primero en describirla fue Hipócrates, quien le atribuía propiedades beneficiosas para el estómago, para abrir el apetito y para estornudar; pero eso no es todo: alegaba que también tenía efectos afrodisíacos. La pimienta tuvo tal importancia, que en la Edad Media era utilizada como moneda de cambio. Pero su influencia no se vio solo en la historia y en la economía de los pueblos: en aquel entonces, así como durante el Renacimiento, para Europa era imposible concebir un plato de alto nivel sin la utilización de la pimienta y otras especias como la nuez moscada, la canela y la mostaza, entre otras.

Personalmente me encanta la pimienta y incluso más que su sabor me fascina su olor, de hecho me encantaría tener un perfume con olor exclusivo a pimienta.

Fuentes: Wikipedia